El fenómeno de Los Espíritus sigue tomando fuerza. La banda oriunda de Buenos Aires mezcla la psicodelia, los ritmos tropicales y el blues para generar una experiencia musical maravillosamente envolvente. En esta entrega reseñamos su tercer álbum, Agua Ardiente, que cuenta ya con más de 7 millones de reproducciones en YouTube, posicionándolos como una de las bandas de blues más prominentes del siglo XXI.

Más de uno pensará que el blues es uno de los géneros donde ya está todo inventado. Incluso Julian Casablancas de The Strokes pidió “no más blues rock” tras ganar un Grammy. Pero estos rockeros del barrio de La Paternal hacen caso omiso, y tras haber
traspasado fronteras con su álbum Gratitud (2015), lanzaron un disco que le hace justicia a La historia bluesera de la nación trasandina.

Para el mundo, más blues rock

De apertura, Los Espíritus nos ofrecen la canción “Huracanes”. Un tema que va escalando de a poco y nos demuestra el complemento que logran las tres guitarras de la banda. Definitivamente invita a escuchar más y te engancha con sus ritmos hipnóticos, abriendo el apetito para el material que se viene después.

La segunda canción, “Jugo”, es de las más poéticas del disco. Como es habitual, la banda proporciona un trabajo destacable en las guitarras, sabiendo confluir lo eléctrico con lo acústico. La letra de este tema tiene un mensaje metafórico e inspirador: “No es tu tarea elegir – Si la marea lleva o trae – Irás por donde alumbre el sol”. Nos recuerdan que nosotros, muchas veces, no somos los
responsables de las corrientes que nos mueven a través de la vida y que a veces solo nos queda la alternativa de ir por donde alumbre el sol.

“Perdida en el Fuego” es una oda al minimalismo porque, en torno a un riff pesado y contundente, logran una canción completa. Destacan la guitarra acústica de Santiago Moraes y una llamativa percusión latina que aparta a la agrupación de otros conjuntos de blues. Es un single totalmente sensual, con una atmósfera relajante y cautivante que recuerda el vínculo de lo cálido con lo
erótico.

¿En qué piensan Los Espíritus? Ambientalismo y crisis mundial

Adentrados en Agua Ardiente, Los Espíritus deciden lanzar una crítica a la situación mundial actual. En un tempo un poco más apresurado que los cortes anteriores, “La Rueda que Mueve al Mundo” consigna que, a pesar de todas las crudezas
suscitadas por la pobreza en Latinoamérica y el mundo, la rueda de nuestra sociedad de consumo y despojo va a girar y girar.

Un blues clásico y enérgico que aborda la crisis climática y económica para hacernos reflexionar: ¿A qué costo mantenemos girando la rueda de nuestras actuales formas de producción y consumo? Por ahora, vemos que ese costo se traduce en la destrucción del medio ambiente. Mientras eso no cambie, la rueda se mantendrá en su ciclo hasta salirse de su eje.

A continuación viene “Esa Luz”, un single romántico que da un respiro. Con un ritmo y lírica algo más light, la banda nos lleva a una dimensión lejana marcada por ritmos originales. Luego, en “La Mirada” los argentinos abordan situaciones mundanas que se desarrollan en las ciudades. Un pibe que se mira con un adulto en el Metro, una mujer en la parada del bus mientras bullan las bocinas de la calle, un reponedor de supermercado siendo supervisado en constante sospecha de hurto. Todo confluye en La Mirada, aquel fugaz momento en el que se cruzan los ojos de dos transeúntes en una ciudad que bascula al son del transporte público y vehicular.

Una hoja en blanco

“Mapa Vacío” es, para mi, uno de los mejores temas uno de los mejores temas de este disco. La percusión tropical de Fernando Barreyro proporciona el soporte para que se desarrolle una pieza de blues novedosa sin soltar la esencia propia del género. Bajo, batería y percusión conforman una sección rítmica pegajosa. No olvidar también el tremendo trabajo de las guitarras de Moraes, Prieto y Mactas.

Volviendo a un blues más clásico, “Las Armas las carga el diablo” atiende nuevamente problemáticas sociales. Aclara que, en términos morales, quien tiene la culpa no es el arma en sí, sino quien aprieta el gatillo: “Las armas las carga el diablo – Y las descarga algún oficial”. Y es que si no existieran las pistolas, seguramente aquel oficial blandiría otro tipo de arma, y no dudaría en
usarla.

Acercándonos al ocaso de Agua Ardiente, nos topamos con “Luna Llena”. Un tema pausado y reflexivo que con un tempo reducido genera un ambiente relajante y que deja notar las dos voces de la banda, que son Prietto y Moraes. Es una canción que probablemente no es de las favoritas entre los retrógrados del rock, pero que destaca por su simple belleza. Aquí la lírica y su onda recuerdan al gran Luis Alberto Spinetta en sus tiempos de Pescado Rabioso.

La última estación de Agua Ardiente es “El Viento”. Encara las contradicciones de la economía global y su naturaleza irreconciliable con el ambientalismo. Presagia la inminente crisis ambiental y la extinción de la raza humana. Es una canción entretenida y con un paso un poco más movido que el resto del disco que facilita la reflexión.

El blues, institución argentina

No es para nada fácil innovar dentro del blues. Sin embargo, Los Espíritus logran traer a colación un sonido novedoso e interesante, sin dejar de lado el patrimonio que han dejado los grandes blueseros de la Argentina como Pappo’s Blues, Ratones
Paranoicos, Memphis La Blusera y Pescado Rabioso, por solo mencionar algunos.

Este patrimonio musical que antecede a la banda los nutre de una plataforma basal de donde desarrollan un blues más propio que se mezcla con el rock psicodélico. A fin de cuentas, Agua Ardiente es un disco que tiene un sonido anacrónico que rescata lo clásico
del blues estándar pero que mueve las fronteras del género hacia ritmos latinos y lisérgicos. Además, la agrupación no deja pasar la oportunidad de movilizar su mensaje a través de su maravillosa música.

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