Muchos lo conocen por su tema dedicado a Maradona “La mano de Dios”. Verlo en vivo era un deleite, una inyección de energía que hacía vibrar hasta el más amargo. Un 24 de junio del 2000 el Potro falleció en un accidente de carretera, luego de dar un concierto ante unas dos mil personas en La Plata.

Rodrigo es un legendario de aquellos. Dejó clásicos y discos para tirar para arriba. Fusionaba estilos como pocos y hacía vibrar a la gente como nadie más. Por eso su legado va mucho más que “La mano de Dios”. El Potro era un ídolo que traspasó la música, de hecho el portero argentino Juan Carlos Olave salía a la cancha con la imagen del Potro. Aunque era su primo, dicha foto representaba a una multitud.

Pero la música es ingrata y por algún motivo sus máximos exponentes terminan muriendo repentinamente y el cordobés no fue la excepción. En la madrugada del 24 de junio del 2000 el mundo se desayunó con una noticia que nadie quería creer.

El Potro había fallecido en un accidente de tránsito uniéndose al club de los 27: aquellos artistas que murieron a los 27 años, como Jimmy Henrix, Kurt Cobain y Amy Winehouse por nombrar algunos.

La noche anterior Rodrigo estuvo en la grabación del programa de televisión “La Biblia y el calefón” del Canal 13. Luego del rodaje, junto con su representante y familia, el Potro fue a comerse algo al restaurante El Corralón. Después la estrella se fue al “Escándalo”, un local ubicado en La Plata, para realizar un show a su más puro estilo ante unas dos mil personas.

Tras la locura del show Rodrigo cometió, viendo las cosas como salieron, peor error de su vida. Decidió agarrar las llaves de su auto y volver manejando esa misma noche a Buenos Aires, por más que le habían ofrecido llevarlo de vuelta o incluso hospedaje. El Potro, invado por cansancio, chocó su Ford Explorer SUV cerca de las 4 de la mañana, tras rozar a otro vehículo. El carro de la super estrella atravesó las barreras de contención.

Rodrigo salió disparado y murió al instante, al igual que Olmedo, uno de sus hijos. Los demás, ex esposa, representante y otro hijo, lograron sobrevivir.

Más de 15 mil personas se reunieron para despedir al ídolo cordobés y transformaron el lugar del accidente en un santuario para recordarlo. Rodrigo es eterno. Un tipo que los años no lo van a borrar, sino que lo harán más grande.

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