El Kuelgue y No Te Va Gustar (NTVG) estrenaron “La Máquina”, una colaboración que celebra el espíritu y la sonoridad del Río de la Plata. El sencillo, lanzado con su respectivo videoclip, une a dos de las bandas más destacadas de la región en una canción melancólica y groovera, que ya se perfila como una de las colaboraciones más interesantes del año.
La canción fue producida por Mariano Otero, reconocido músico argentino, quien ayudó a construir una atmósfera envolvente y sofisticada, sin perder la esencia popular de ambos proyectos. El resultado es un tema que se mueve con elegancia entre el rock alternativo, el pop introspectivo y los matices acústicos que tanto caracterizan a ambas bandas.
Julián Kartun, cantante de El Kuelgue, comparte las voces con Emiliano Brancciari, líder de NTVG, en una interpretación íntima y emocional. La química entre ambos es evidente y suma profundidad a una letra que habla del tiempo, los vínculos y las pequeñas transformaciones cotidianas. “La Máquina” no grita, pero cala hondo.
El videoclip fue filmado en blanco y negro en Montevideo y dirigido por el propio Kartun junto a León Greco. Con una estética sobria y cinematográfica, la pieza muestra a los músicos en estudio, mezclando planos documentales con otros más oníricos, logrando un clima casi hipnótico. “Quisimos retratar la conexión que se generó entre las bandas más allá de la canción”, comentó Kartun.
El Kuelgue, fundado en 2004 en Buenos Aires, es conocido por su estilo híbrido que mezcla rock, funk, candombe y elementos teatrales. Su propuesta siempre ha sido difícil de encasillar, y “La Máquina” reafirma esa búsqueda de libertad. Por su parte, No Te Va Gustar, con más de 30 años de trayectoria y una sólida base de seguidores en toda América Latina, ha logrado mantenerse vigente apostando por la experimentación sin perder su raíz rockera.
La colaboración fue celebrada por los fans de ambos lados del Río de la Plata, que ven en este tipo de encuentros artísticos una forma de reforzar la identidad compartida. “La Máquina” es, en esencia, un puente musical entre dos proyectos distintos pero hermanados por su sensibilidad y trayectoria.
El Kuelgue y NTVG no solo grabaron una gran canción, sino que también dejaron un testimonio de amistad, madurez y respeto mutuo.