En su constante experimentación sonora y artística, Rodolfo Sanhueza nos invita a adentrarnos en “A leña”, un conjunto de canciones que comparten un mismo paisaje sonoro. En esta obra, los sonidos folclóricos, las guitarras, el bajo, la batería y los vientos se entrelazan con la dimensión onírica y metafísica de su lírica, creando un universo propio. Con un total de seis canciones, este trabajo será presentado a lo largo de 2025.
El primer adelanto es “Elevarse”, un tema que abre paso a esta nueva obra conceptual y que explora los vestigios del viaje humano en busca de grandeza y gloria.
“A lo largo de la historia, esta epopeya ha sido relatada innumerables veces, siguiendo el camino narrativo del héroe. Sin embargo, en esta ocasión, la mirada se centra en la evidencia del costo que implica este deseo incesante de poder, fama y reconocimiento, especialmente, en una era donde todo es inmediato y efímero, dentro de una cultura marcada por la inconsistencia”, apuntó el artista.
En este trayecto, con sus luces y sombras, “Elevarse” nos recuerda que nada es perpetuo. Rodolfo expresa que “en medio del mar de emociones que nos atraviesan, quedan los seres queridos, los hermanos que nos abrazan y nos devuelven a lo esencial: lo humano, el nosotros”.
Un proceso de maduración sonora
“Elevarse” es una canción que ha mutado con los años. Requirió tiempo para madurar, encontrar los arreglos adecuados y lograr una lírica con la solidez necesaria.
En el verano de 2024, Rodolfo se reunió con los hermanos Marcelo Aravena (charango) y Óscar Aravena (flauta traversa y quena) para trabajar en estas canciones. Más tarde, se sumaron Jordan Torres en batería y Pablo Corriente en bajo, consolidando así el quinteto que dio vida a esta obra.
Las sesiones de grabación se realizaron en diferentes estudios dentro del Gran Concepción: las baterías y los bajos fueron registrados en Estudio Corriente, mientras que las voces, cuerdas y vientos tomaron forma en Background Estudio, con la producción de Felipe Guiñez.
Una nueva faceta sonora
A leña representa una faceta estética distinta dentro del proyecto de Rodolfo Sanhueza. Es una expansión de su versatilidad interpretativa y una inmersión en nuevos territorios sonoros. Con esta entrega, el artista sigue explorando y reinventándose, llevando su propuesta a un nuevo nivel.