A fines de los años ’60, en la ciudad de Mendoza, un tierno joven de tan solo 9 años escuchaba por primera vez a los Beatles. Ese niño era Horacio Eduardo Cantero Hernández. Diez años más tarde, los legendarios Enanitos Verdes -con el célebre Marciano Cantero en el bajo y las vocales- iniciarían sus actividades sin saber que se transformarían en uno de los grupos símbolo del rock en español.

Una vida de rock

El primer disco de los Enanitos Verdes llegaría en 1984, un homónimo que trajo el primer hit de la banda: Aún sigo cantando. Posteriormente, y a partir del disco Contrarreloj del año 1986, la banda comenzaría una larga y fructífera relación con Andrés Calamaro como productor, extendiéndose a los discos Habitaciones extrañas, Carrousel e Igual que ayer. Sin embargo, los Enanos no se quedaron allí, y durante los últimos 30 años lanzaron 8 otros álbumes de estudio.

Ya sea escuchando sus primeros éxitos, tal como es el clásico cover que realizaron de El extraño de pelo largo, o las composiciones más connotadas como Lamento boliviano y La muralla verde, Marciano siempre aportó con especial energía y un estilo de canto fácilmente identificable que lo dejará para siempre en la historia del rock latino. Una de las noches más memorables de la banda de Marciano se daría en tierras chilenas, durante el Festival de Viña del Mar de 1988, donde se hicieron con dos antorchas de plata.

Lamentablemente, a los 62 años nos deja un grande. Hincha del Club Atlético Argentino de Mendoza y del Club América de México, Cantero vivió gran parte de su vida en su natal Mendoza, además de un prolongado paso por Hermosillo, México. Dejará su marca para siempre como una admirable figura para los músicos emergentes, con su característica voz quedando para siempre en las mentes de quienes atestiguamos la energía y creatividad de una leyenda. Con el afecto que le corresponde: ¡hasta siempre Marciano!

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