El regreso de José Madero a Chile debería ser motivo de celebración para sus fanáticos, pero en vez de eso ha generado una oleada de indignación. El exvocalista de PXNDX se presentará el viernes 24 de octubre a las 21:00 horas en el Teatro Coliseo de Santiago, como parte de su nueva gira Sarajevo. Sin embargo, lo que más llama la atención no es su show, sino los exorbitantes precios de las entradas, que prácticamente se triplicaron respecto a su última visita a ese mismo recinto en 2023.

El evento es producido por Transistor, misma productora que trajo a Madero hace dos años, lo que hace aún más inexplicable la súbita inflación. Para esa ocasión, los tickets partían desde los $20.000 pesos chilenos. Hoy, los valores han escalado sin piedad: cancha y platea baja se venden a $92.000 CLP (aproximadamente 100 USD), mientras que platea alta, silla de ruedas y su acompañante cuestan $57.500 CLP (unos 62 USD). Una diferencia que cuesta justificar y que parece más bien una falta de respeto a su público chileno.

Mismo escenario, precios radicalmente distintos. El Teatro Coliseo es el mismo lugar donde José Madero ofreció un concierto vibrante en 2022 con una puesta en escena sólida y un repertorio que abarcó sus discos Psalmos y Giallo. Entonces, ¿qué justifica ahora semejante alza en los precios? No hay novedades escenográficas anunciadas, ni invitados especiales que justifiquen el precio impresentable del que están siendo testigos los chilenos. Solo se sabe que forma parte del tour de su más reciente álbum Zarajevo, el cual ha tenido una recepción positiva.

El descontento se ha hecho notar en redes sociales, donde fanáticos chilenos acusan un abuso descarado. “Lo quiero mucho, pero a ese precio, paso”, escribió una usuaria en X (antes Twitter). Otros se preguntan si el artista está al tanto de estos precios o si es responsabilidad exclusiva de la producción.

José Madero, quien se ha consolidado como uno de los solistas más activos del pop rock en español, ha tenido una estrecha relación con su público chileno desde sus inicios con PXNDX. Su carrera solista ha sido marcada por una identidad estética oscura, líricas introspectivas y una producción cuidada. Pero este tipo de decisiones pueden terminar minando esa fidelidad que ha cultivado con tanto esfuerzo.

Aunque la cita del 24 de octubre promete ser musicalmente impecable, el elevado costo de las entradas ha dejado un sabor amargo entre los fans. Más allá del show, la gran pregunta es por qué el acceso a la música se ha vuelto un lujo, especialmente cuando no hay razones visibles que lo justifiquen.

La expectativa está puesta en el escenario, pero también en una posible rectificación de esta injusticia. Porque la música, por más personal y cuidada que sea, no debería ser exclusiva de quienes pueden pagar precios desorbitantes.

De todas maneras, si quieres conseguir tus entradas, lo haces aquí.

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