A 20 años de la tragedia de Cromañón, Pato Fontanet, exlíder de Callejeros, protagonizó un emotivo homenaje en conmemoración de las 194 vidas perdidas aquel fatídico 30 de diciembre de 2004. El evento, cargado de simbolismo y memoria, tuvo lugar en la Plaza de Mayo, un espacio icónico para las manifestaciones y reflexiones colectivas en Argentina.
La tragedia de Cromañón marcó un antes y un después en la historia del rock latinoamericano. Durante un show de la banda Callejeros en el boliche República Cromañón, una bengala encendida por un asistente provocó un incendio que cobró la vida de 194 personas, dejando además a más de mil heridos. Este trágico evento expuso falencias en las medidas de seguridad en locales nocturnos y generó un profundo impacto en la sociedad y la industria musical, a tal punto que Fontanet tuvo que ir a prisión, mientras las autoridades gozaron de impunidad
En esta ocasión, Don Osvaldo conmocionó con una sesión cargada de emotividad, con canciones que conectaron con los asistentes y recordaron el legado de aquellos que perdieron la vida. La música se convirtió en un vehículo de memoria y resistencia, reafirmando el compromiso de mantener viva la lucha por la justicia y la seguridad en eventos culturales.
Además de la actuación musical, el homenaje incluyó la participación de familiares y sobrevivientes de la tragedia, quienes compartieron testimonios y reflexiones sobre el impacto que Cromañón dejó en sus vidas. Este espacio también sirvió para renovar el pedido de justicia, recordando que, aunque han pasado dos décadas, las heridas y las demandas siguen vigentes.
El legado de Cromañón cambió la normativa sobre seguridad en espectáculos masivos y marcó una generación completa de artistas, productores y asistentes. Eventos como este homenaje buscan mantener viva la memoria colectiva y honrar a las víctimas mientras se reflexiona sobre la necesidad de prevenir tragedias similares.
La música, una vez más, se alzó como un lenguaje universal para unir, sanar y recordar. Este aniversario es un recordatorio de la fragilidad de la vida y de la importancia de seguir luchando por espacios culturales seguros.