En septiembre de 1991, la banda mexicana Maldita Vecindad y los Hijos del 5to Patio, o simplemente La Maldita Vecindad, lanzó su segundo disco: El Circo. Demostrando una amalgama de influencias culturales, impregnan este álbum con una mezcla entre el género jamaicano del ska y sus propias raíces mexicanas.

Cultura mexicana, para siempre preservada en el rock latino

“Pachuco” es la canción con la que empieza El Circo. Su ritmo frenético asegura que te enganches de inmediato, y esta probada de energía desbordante es el aperitivo perfecto para abrir el apetito musical. Este es un ska punk donde cabe un solo de guitarra, sabrosos licks de bajo y una batería simplemente hipnotizante. La canción trata sobre los pachucos, jóvenes Chicanos que formaron una contracultura durante los tardíos años 30. Vestían llamativamente en coloridos trajes zoot, inventaron su propio dialecto conocido como caló y frecuentaban los clubes de jazz y swing de la época. Se transformaron rápidamente en un símbolo de resistencia y anti-asimilación dentro de la sociedad estadounidense.

Volvamos a la música. “Un Poco de Sangre” es un tema que recuerda mucho a Los Fabulosos Cadillacs, con su mezcla entre lo funky, el ska y el rock. Aldo Acuña aporta con un par de decoraciones en el bajo, y Pato Montes hace lo mismo de vez en cuando en la guitarra. En la letra se relata el crudo contraste entre las clases sociales de México. Este contraste se genera entre dos personajes: alguien acomodado que se jacta de su nuevo y llamativo vehículo, y el limpiador de parabrisas que arriesga el pellejo en las calles por muy pocas monedas. Una canción ilustrativa de la sociedad mexicana de la época, que hasta el día de hoy presenta fuertes contradicciones, contrastes y problemáticas.

Los personajes del 5to Patio

“Toño” trata sobre un muy querido músico ambulante. En el barrio de la Maldita Vecindad y los Hijos del 5to Patio, Toño es un trompetista connotado, animando veladas en bares y regalando un poco de música en las esquinas de la ciudad. Una incursión que se acerca más al reggae y que pinta a un interesante personaje, que seguramente calza con algún músico de barrio que nos hemos encontrado en una esquina aleatoria.

“Solin” es un temazo. Desde las percusiones jazzeras que aporta José Luis Paredes (que actualmente es un connotado investigador de la escena del rock en México, entre otras cosas) a las trabajadas transiciones, “Solin” se escapa por kilómetros de ser un ska convencional. Incorpora también percusiones latinas que le dan una profundidad notable a la sección rítmica.

Si bien Maldita Vecindad es -para la época- una banda fenomenalmente innovadora, “Kumbala” rescata lo tradicional de la música mexicana. Parte como un emotivo y romántico bolero, seguido por un ska suave, luego volviendo al bolero y termina desarmándose pausadamente, quitando de a poco los ingredientes de la canción hasta dejar un silencio reflexivo. Un viaje por distintos géneros que es realmente para aplaudir por cómo son capaces de fusionar estilos que pueden percibirse como opuestos.

La distopía del circo urbano

La introducción de “Un Gran Circo” son sonidos de las calles mexicanas y una plácida guitarra acústica. De a poco, toma vuelo hasta explotar en trompetas y un típico ritmo ska. Nuevamente, las letras de la banda se enfocan en aspectos de la sociedad mexicana, sobre todo en su arista urbana: “En una esquina es muy fácil que tú puedas ver – A un niño que trabaja y finge sonreír – Lanzado pelotas pa vivir”.

La metáfora del circo citadino es una que va más allá de querer resaltar el jolgorio y muchas veces alegría que puede tener vivir en grandes conglomerados de gente, pero también puede tomarse a la negativa. Un circo como una sátira, como un lugar donde las cosas son una constante tragicomedia donde todo funciona mal. Pero en vez de ser actuado y simulado para la risa del público, se articula como una imparable e inevitable marcha para sus intérpretes.

En definitiva el tema más tropical del disco es “Pata de Perro”. Esta composición mantiene la energía desbordante de la agrupación que es más bien la tónica a lo largo del disco. Una movida y apresurada percusión de tambores hace mover el cuerpo independiente del gusto del oyente. “Crudelia” tiene una línea de bajo funky que recuerda al estilo de Flea. Sin embargo, esta canción es un tanto más disonante y desordenada, ya que trata sobre el concepto de la resaca. No es la mejor del disco pero logra transmitir la energía que siempre entrega el conjunto.

Un reggae y un cover para despedir El Circo

Un reggae amistoso y que cuenta la historia de un yucateco que visita a familiares en la ciudad se materializa en “Mare”. Tras ser testigo de la violencia y vorágine de la urbe, el yucateco regresa a su península. Además, se lanzan un par de “bombas” yucatecas, rimas que se lanzan entre medio de la música que acompaña las jaranas. En suma, una canción entretenida y que es una pequeña ventana a la cultura yucateca. Otra dura 15 segundos y consiste de varios sonidos de, probablemente, borrachos que piden otra. Eso.

El ritmo clásico del ska es la columna vertebral del cover que hacen del legendario Juan Gabriel con “Querida”. Una canción enérgica, bailable y que cierra de gran manera un viaje por uno de los discos más versátiles del rock latino. Se destaca por un gran trabajo en los bronces y las vocales. Acercándose al final, el paso de la composición acelera de a poco hasta explotar en un outro disonante y engañoso, en el sentido de que elude al final de la canción, pero que solamente confirma la creatividad del conjunto.

Maldita Vecindad y los Hijos del 5to Patio continúan, a su propia manera, con la tradición del ska y el reggae de introducir temáticas sociales en sus líricas. Las bandas jamaicanas de ska de los años ’60 y posteriormente los grandes artistas del reggae solían interpretar canciones sobre personajes que frecuentaban los barrios menos favorecidos y los sucesos que en ellos sucedían. Así, Maldita Vecindad consigue ser una banda que además de tener mucho que decir, complementa sus letras con interesantes instrumentos y variopintos géneros. El Circo es, y será para siempre, un clásico del ska y el rock latinoamericano.

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