Durante su reciente presentación en el festival Vive Latino, la icónica banda mexicana Zoé y la cervecera Heineken sorprendieron al público con una innovadora iniciativa: pedir a los asistentes que guardaran sus celulares durante la interpretación del clásico “Soñé”. La propuesta, parte de la campaña “No Signal”, buscaba que los espectadores se desconectaran de sus pantallas y vivieran la música de manera más auténtica.

Este experimento generó reacciones divididas entre el público. Por un lado, muchos elogiaron la iniciativa, destacando que permitió una experiencia inmersiva y un momento de conexión único con la banda. Sin la distracción de las pantallas, los fans pudieron disfrutar de la música de Zoé de manera mucho más cercana y emotiva. Sin embargo, también hubo quienes consideraron que la restricción, aunque temporal, atentaba contra la libertad de los asistentes de registrar el evento a su manera.

El uso de celulares en conciertos ha sido un tema de debate constante en la industria musical. Cada vez más artistas han expresado su descontento con el exceso de dispositivos en sus shows, argumentando que afectan la atmósfera del espectáculo y la atención del público. Jack White, Alicia Keys y Chris Rock son algunos de los nombres que han implementado medidas similares en sus presentaciones, incluso recurriendo a fundas selladas que impiden el uso de los teléfonos durante todo el show.

La decisión de Zoé de aplicar esta restricción solo en una canción podría representar un punto medio en esta discusión con el fin de aplicar un respiro de las pantallas sin imponer una medida extrema. Sin embargo, la pregunta sigue en el aire: ¿debería ser este el futuro de los conciertos? Con la creciente digitalización de la experiencia musical, muchos defienden el derecho de los asistentes a capturar y compartir estos momentos, mientras que otros abogan por recuperar la esencia de los recitales en vivo, sin la interferencia de dispositivos móviles.

Sea cual sea la postura, la iniciativa de Zoé en Vive Latino ha abierto nuevamente el debate sobre cómo deberían vivirse los conciertos en la era digital. ¿Es el momento de regular el uso de celulares en los recitales o es parte del derecho del público documentar la experiencia a su manera? La discusión está servida.

Lamentablemente la criticada transmisión oficial llevada a cabo por Amazon se cortó a mitad de show y no logró llevar a los hogares el momentos. Algunos asistentes sí lo hicieron.

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